Hoy conmemoramos el Día de nuestra Patrona con varias entrevistas en la radio a nuestra presidenta, Ester Mainar.
Con esta acción, pretendemos ampliar el conocimiento de la población acerca de nuestra profesión. La leyenda de Santa Otilia, o Santa Ottilia de Alsacia, también conocida como Santa Odilia, narra así:
Santa Ottilia nació en el siglo VII, alrededor del año 660, en la región de Alsacia, que hoy en día se encuentra en la frontera entre Francia y Alemania. Según la leyenda, Ottilia nació ciega, lo que llevó a su padre, Adalrico, a sentirse avergonzado y decepcionado. Se dice que, debido a su discapacidad, Ottilia fue rechazada por su familia y enviada a un monasterio benedictino en Hohenburg, Alsacia.
A pesar de su discapacidad, Ottilia creció en el monasterio en un ambiente de gran devoción y amor por Dios. A una edad temprana, decidió consagrarse a la vida monástica y entregarse completamente al servicio de Dios. La tradición cuenta que, en el momento de su bautismo, Ottilia recuperó milagrosamente la vista.
Después de este milagro, Ottilia dedicó su vida a la oración, la penitencia y el servicio a los demás. Eventualmente, se convirtió en abadesa del monasterio de Hohenburg. Durante su tiempo como abadesa, se le atribuyen numerosos milagros y actos de caridad.
Uno de los milagros más conocidos atribuidos a Santa Ottilia es la curación de personas con problemas de visión y enfermedades oculares. Se dice que aquellos que venían a ella con problemas de vista eran curados por su intercesión y oraciones. Este aspecto de su historia refuerza la conexión entre Santa Ottilia y la restauración de la vista, simbolizando la luz espiritual que ella proporcionaba a través de su fe.
La festividad de Santa Ottilia se celebra el 13 de diciembre en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica. Su vida y sus supuestos milagros han sido transmitidos a lo largo de los siglos, y su figura sigue siendo objeto de devoción para aquellos que buscan inspiración en la vida de los santos.